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Mientras que si se comparan con las personas de la generación desde 1986 a 1997, se pueden ver marcadas diferencias como, que estas personas si prefieren trabajar para ganar, de hecho se puede ver el síndrome del trabajolico reiteradamente en esta generación, o “el tiempo es dinero” es una frase recurrente de estas personas.
El caso más extremo podría nombrarse el del que dice: “dormir es una perdida de tiempo”.
Ese ya esta chiflao.